lunes, 12 de noviembre de 2012

Tour du Mont-Blanc 2012. Día 1: Les Houches - Les Contamines


Massif du Mont-Blanc, Haute-Savoie, France. 4 de septiembre de 2012.

Finales de agosto. Apenas un par de ascensiones interesantes y todavía mucha energía en las piernas, problema. Durante varias semanas mi cabeza valoraba la posibilidad de hacer algo grande, una travesía larga, dura, solitaria, algo que me hiciera volver a sentir montañero. Y la encontré, cerca de casa, en el macizo del Mont-Blanc.

El TMB es un sendero de gran recorrido clásico, una ruta circular que, atravesando tres países (Francia, Suiza e Italia), rodea el macizo del Mont-Blanc. Esta travesía de 166 km y casi 10.000m de desnivel positivo (y negativo) acumulado tarda en completarse entre siete y diez días, aunque los mejores corredores del Ultra-Trail del Mont-Blanc (UTMB) que se disputa sobre el mismo recorrido, cubren esta distancia en menos de 24 horas.

Las próximas seis entradas, una por etapa, van dedicadas a relatar esta experiencia increíble e inolvidable, el Tour del Mont-Blanc en solitario, que realicé entre el 4 y el 9 de septiembre de 2012. 


RUTA

La ruta empieza en el pueblo de Les Houches, concretamente el primer panel se encuentra al lado de la estación de ferrocarril. Desde aquí, atravesamos el puente sobre el Arve y continuamos por la acera hasta el pueblo de Les Houches. Atravesamos el pueblo por la carretera principal hasta el complejo residencial 'Le Grand Balcon', donde subimos por unas escaleras verdosas hasta llegar a otro tramo de carretera. Pisamos asfalto y gravilla en nuestra subida por las laderas del pueblo, siempre siguiendo las indicaciones precisas de los numerosos paneles que vamos encontrando en nuestro camino. Abandonando ya de la parte alta de Les Houches llegamos a una instalación de telesilla. Desde este punto la ruta consiste en seguir las pistas de esquí hasta el Col de Voza, que se hace visible tras atravesar un prado que sale a la izquierda de nuestra pista, en la cota 1650 aproximadamente.

Llegados a Voza, descendemos por la pista convenientemente señalizada hasta la aldea de Le Crozat y después hasta el pueblo de Bionnassay, donde tomamos el camino que sale a la izquierda de la capilla y descendemos hasta Le Champel. Saliendo del pueblo se puede divisar el Val Montjoie. Continuamos por pista y pista asfaltada hasta La Visaille y, cruzando la carretera principal del valle, hasta Le Quy. Ya no abandonamos el lado O del valle hasta el pueblo de Les Contamines, que ignoramos para continuar por la vera del río hasta el camping 'Le Pontet'.


DIFICULTAD

Ninguna en particular.

Es una ruta que discurre siempre por buenos caminos, pistas de esquí y pistas asfaltadas. Hay que tener en cuenta la distancia y el desnivel de la etapa, pero es la etapa más fácil de las seis. Pensad en llevar buen calzado.

La orientación es sencilla merced a una muy buena señalízación, en general. Si bien cabe reseñar dos pequeñas dificultades: la primera consiste en encontrar el desvío para el Col de Voza, que es un pequeño camino que sale a la izquierda de la pista de esquí, hacia un claro, un prado, que esconde tras de sí el dicho collado. La segunda dificultad reside en la localización del cámping, que no está en la orilla del río, sino que hay que buscarlo cerca de la carretera que surca el valle. Es una buena idea llevar un mapa preciso de la zona.


DESNIVEL POSITIVO / DISTANCIA

900 metros / 17,3 Km.


TIEMPO

Nublado, lluvia al final del día. Sin viento. Temperatura en torno a los 20°C durante toda la jornada.


CROQUIS

Primera parte de la etapa: Les Houches - Col de Voza.

Segunda parte de la etapa: Col de Voza - Camping Le Pontet.

Etapa completa: Les Houches - Camping Le Pontet.



DESCRIPCIÓN

Último trabajo del Máster. Se acabó, lo he entregado, soy libre. Me evadiré de todo lo que me ha rodeado durante las últimas semanas en la montaña, solos, mi mochila y yo. También mi pulsera 'de la amistad', un modelo de pulsera que compramos Aitor, Pablo, Gorka y yo en Granada, recién descendidos de nuestro periplo por Sierra Nevada

Hoy comienza la aventura y no quepo en mi cuerpo de la felicidad. Tengo en mente hacerla en semi-autonomía, así que cargo conmigo lo esencial: comida liofilizada, barritas, cartera, gafas, botiquín, tienda, saco, ropa para cambiarme y de abrigo, cámara, teléfono móvil, hornillo, gas y poco más. He reducido al máximo lo que debía llevar para hacer la ruta medianamente confortable y, a la vez, poder hacerla en menos días de lo habitual. El agua la tomaré de las abundantes fuentes y riachuelos (previa potabilización) y dormir lo haré en mi tienda tantas veces como sea posible, aunque en esta primera noche, como llueve con intensidad, he decidido dormir en la cabaña del cámping. No tengo ganas de mojar mi material la primera noche. Volveré sobre este punto.

Hoy me he levantado tarde, como de costumbre, salvo que hoy no debía retrasarme. Sin duda, acumulo fatiga desde hace unos días y no ha sido fácil saltar de la cama. En realidad, el despertador no ha sonado. Así pues, he salido tarde de casa, a las 10h15, y no he llegado a Les Houches hasta las 14h33, cuando el pequeño tren rojo que comunica Saint-Gervais con el valle de Chamonix me ha dejado en el punto de inicio de mi ruta. Nada más bajar del tren me embarga una intensa emoción por la aventura que estoy a punto de comenzar. Saco algunas fotos de la estación y de las bonitas vistas sobre la Aiguille du Midi y la Aiguille du Gouter, visibles a pesar de las nubes que poblaban las cimas.

Acto seguido me topo con el primer panel de señalización del TMB. ¡Tiene el número 1! Eso para que no haya dudas. Así, empiezo a andar en dirección al pueblo des Les Houches cruzando el puente sobre el Arve y subiendo al lado de la carretera. En el pueblo continuo por la acera izquierda, atravesando el pueblo,  sus supermercados, telesillas y tiendas de deporte, y siguiendo los paneles que me indican el camino hacia el Col de Voza, collado por el que pasaré del valle de Chamonix al Val Montjoie. No me paro en el pueblo, no tenía necesidad, pero también tenía prisa. Prisa porque había salido tarde de casa. Prisa porque tenía que volver a casa el día 9 por la noche. Así, se puede decir que mi TMB iba a hacerse a buen ritmo. 

En pocos minutos, abandono la carretera a la altura de un complejo residencial llamado Le Grand Balcon, al principio tengo alguna duda, pues parece una propiedad privada, pero dos paneles de señalización indican certeramente la ruta que continúa por unas escaleras de madera que atraviesan un prado y que son bastante verticales. Aquí empieza mi corazón bombear de verdad. La subida es ahora contínua, a veces sobre el asfalto de la carretera que sube a lo más alto de Les Houches y a veces sobre algún tramo de pista o de camino que sube abruptamente a modo de atajo, para librarnos en lo posible del negro betún.

Hacia las 15h10 llego a la última estación de telesilla del pueblo. Aquí me paro a comer, pues había desayunado poco y estaba empezando a notar la falta de energía. Me zampo un delicioso (sic) puré de patatas con queso, debidamente rehidratado con agua caliente. No era muy bueno, pero podía haber sido peor. Hizo las veces de almuerzo energético, completado con unos sorbos de bebida isotónica.

Tras esta pequeña pausa, continuo subiendo por pistas de esquí, que es algo que aborrezco, pero que es bastante habitual en bajas cotas aquí en los Alpes. Sin embargo, no quiero acostumbrarme a esto... bueno, ¿acaso es posible aceptar con naturalidad estos monstruos de metal y grava? No lo creo. Quizá porque voy haciendo por enésima vez esta reflexión conforme subo, la dicha pendiente se me hace dura, interminable, horrenda. Esperaba con todas mis fuerzas que fuese el tramo más feo de todo el TMB. Y cuando parecía que nada podía ser peor que eso, veo que empieza a subir por la pista un tractor, cuyo ruido y dióxido de carbono también tengo que soportar antes de encontrar el desvío, sutil, que me conduce sobre un prado de hierba alta que esconde tras de sí el Col de Voza (1.650m). Estoy contento, esto era lo más duro de la primera etapa y no he llegado demasiado cansado. En realidad, me ha costado poco menos de hora y media.

Es el punto más alto de hoy. Ahora es todo bajar. Pero, todo bajar no significa que el destino final esté cerca. De eso me daré cuenta más tarde. El tiempo tampoco ha mejorado nada en el transcurso de la jornada y la lluvia está a la vuelta de la esquina, no se ven las cimas ya, ni siquiera el cercano glaciar de Bionnassay. Una pena. En cambio, los senderos y las pueblecitos (en realidad aldeas) de montaña que voy recorriendo son magníficos: Le Crozat (1.420m), Bionnassay (1.300m) y Le Champel (1.225m) son lugares imbuidos de una belleza simple, natural, que enamora. Cuando llego a Le Champel llevo dos horas y media de caminata.

Empieza a hacerse tarde, son casi las 18, y aprovecho el descenso y lo relativamente llano del terreno para apretar el paso un poco más para llegar lo antes posible al camping. Desgraciadamente, se pone a llover, no muy fuerte, pero de forma continua. Me paro para ponerme el chubasquero, pero no lo hago en en pueblo de Les Contamines, villa que ignoro siguiendo la orilla del río. Ya pasé por aquí una vez además, cuando hice la ascensión, en dos días, de los Dômes de Miage y la Aiguille de la Bérangère con Radek.

Cuando ya estoy dejando atrás el pueblo de Les Contamines me cruzo con un senderista inglés, John Horn, que estaba buscando un lugar donde dormir. Es la única persona que está haciendo el TMB que me he encontrado en todo el día. En efecto, lo bueno de empezar tarde, y además en un día de lluvia, es que uno tiene el camino para sí, sin hormigueo de senderistas (es el único día que disfruté de la soledad de la montaña). Con el bueno de John recorro la última parte del camino y con él me tomo una pinta de cerveza en el camping para rematar bien el día mientras me cuenta cómo piensa afrontar esta bonita aventura de 166 km que acabamos de empezar.

Salud y Montaña


Reportaje fotográfico: Javier Rodríguez


¡Billete al TMB!

Mi compañera para esta aventura (a falta de Kattis :p)

Aquí empieza (y acaba) todo.

Pintoresca estación.

Pequeña presa sobre el río Arve

Primer panel de señalización de la ruta.

Una torrentera bien acondicionada para encauzar las aguas del deshielo.

Una vista sobre la Aiguille du Gouter, vía normal al Mont-Blanc.

La bonita iglesia de Les Houches.

El primer desvío. Se ven a la izquierda las escaleras que se han de subir.

Las escaleras rompepiernas (mala distancia entre peldaños).

Le Tremble, en la parte alta del pueblo de Les Houches

Alternamos pistas con asfalto.

Foto importante: Este es el aspecto del camino que lleva al Col de Voza desde las pistas de esquí.

He atravesado el prado que se ve detrás de esta casa.

Col de Voza con su trenecito (sube al Nid d'Aigle, inicio de la ruta normal al Mont-Blanc) y su cantina.

Entre las nubes se intuyen los hielos del glaciar de Bionnassay.

¿A medio camino?

Aldea de Le Crozat.

Ambiente pastoril.

Escuela de Bionnassay.

Capilla de Bionnassay.

Cruzando las aguas que vienen del glaciar.

Dejo atrás la aldea de Le Champel y me adentro en Val Montjoie.

Guía de conducta para excursionistas.

Estoy casi en destino. Se pone a llover y guardo la cámara. Hasta mañana.

PS: Los comentarios son fuente de motivación para la existencia de un blog. Si algo te gusta (o si no), coméntalo para que en el futuro siga habiendo nuevas entradas. Gracias.


4 comentarios:

JonyMao dijo...

¡Grandísima pinta tiene esto!
A la espera de nuevas etapas...
Saludos

Eloy R.L. dijo...

¡Muy buen artículo! Las fotos están genial, aunque las de las próximas etapas seguramente sean más espectaculares ; )
Un abrazo y sigue descubriendo mundo.

Giroa dijo...

Preciosa ruta y contrastes, seguimos atentos.

Ondo segi!

Unknown dijo...

Maravilloso. Envidia cochina. Enhorabuena. Queremos más...
Salud.